Fines, medios, formas y el fin del partidismo.

 ¿Estamos ante una oportunidad única o ante un cambio de paradigma irreversible?

Recientemente, me propuse analizar la realidad argentina desde dos ángulos que suelen correr por carriles separados: la Anticipación Estratégica y la ética filosófica.

Partiendo de las ideas de Hernán Vanoli sobre el fin de los partidos tradicionales y la irrupción de figuras como Javier Milei y Lionel Scaloni, me sumergí en una autocrítica necesaria. ¿Es válido sacrificar "las formas" en pos de un objetivo superior? ¿Cómo influye la moralidad de los medios en la sostenibilidad de un proyecto de país?

En esta "entrevista" que sintetiza mis últimos escritos, exploro la Regla AFA (Apto, Factible y Aceptable), el peso del pensamiento de Kant en la política actual y por qué, aunque siempre haya segundas oportunidades, el tren que hoy atraviesa Argentina nos exige una congruencia absoluta entre lo que queremos lograr y cómo lo hacemos.

Te invito a leer esta reflexión sobre el futuro, los riesgos y la libertad.

Entrevista: Un análisis sobre los fines, medios, formas y el fin del partidismo.

Entrevistador: Usted sostiene que la Anticipación Estratégica no es una simple adivinación, sino una herramienta de poder. ¿Cómo debemos entenderla hoy?

Entrevistado: 
Exactamente. La Anticipación Estratégica es un enfoque para explorar futuros posibles con un fin pragmático: reducir la incertidumbre y medir riesgos para moldear el porvenir. No se trata de esperar a ver qué sucede, sino de intervenir en el presente para que el futuro satisfaga los intereses del decisor. Es, en esencia, la arquitectura de la decisión informada.

Entrevistador: En sus recientes escritos, usted menciona que Argentina atraviesa un cambio de mapa, pasando de partidos tradicionales a una lógica de "intervencionistas" vs. "transaccionales". ¿Qué rol juega la construcción de escenarios en esta nueva cartografía?

Entrevistado: 
Es fundamental. Construir escenarios nos permite proyectar el comportamiento de las variables actuales —como el descrédito institucional que mencioné sobre la AFA o el PJ— y ver hacia dónde nos llevan. Mientras el escenario tendencial nos muestra la inercia del fracaso, el escenario óptimo nos dibuja una Argentina ideal. La clave está en usar estos modelos para identificar las acciones necesarias que maximicen nuestras probabilidades de éxito.

Entrevistador: Usted habla de los "hechos portadores de futuro". ¿Podríamos decir que figuras como Milei o Scaloni fueron, en su momento, esos eventos inesperados que alteraron la tendencia?

Entrevistado: 
Sin duda. Los hechos portadores de futuro son "cisnes negros" o señales débiles que rompen la inercia. La irrupción de outsiders que conquistan el corazón social más allá del partidismo clásico es un hecho que alteró todas las proyecciones. Identificar estos eventos a tiempo permite generar escenarios exploratorios para entender cómo una nueva dinámica —como el liderazgo disruptivo— modifica el sistema completo.

Entrevistador: Hablemos del "Escenario Apuesta". Usted lo define bajo la regla AFA (Apto, Factible y Aceptable). ¿Cómo se aplica esto cuando el objetivo es una "Argentina digna de ser vivida"?

Entrevistado: 

El escenario apuesta es el futuro deseado hacia el cual dirigimos toda la energía. Pero debe ser realista. La regla AFA exige que la solución sea Apta para el problema, Factible de implementar y Aceptable en términos de costos (sociales, políticos y económicos).

Nota al pie: Curiosamente, el acrónimo coincide con la institución deportiva que hoy cuestionamos, pero en estrategia, la regla AFA es la que separa la utopía de la política real.

Entrevistador: Aquí entra su reciente autocrítica sobre Kant y las formas. ¿Puede un escenario ser "Aceptable" si los medios para alcanzarlo son éticamente cuestionables?

Entrevistado: 
Ese es el gran aprendizaje. Al definir un objetivo estratégico, el decisor no puede ignorar que "las formas" son un fin en sí mismo. Si para alcanzar un escenario de libertad económica apelamos a formas que vulneran la convivencia o las instituciones, el fin mismo se contamina. Un decisor estratégico debe buscar la congruencia; de lo contrario, habilita que el próximo gobierno use esas mismas "malas formas" para fines tiránicos. La aceptabilidad de la regla AFA debe ser también moral.

Entrevistador: ¿Por qué insiste en que el análisis histórico de las variables es vital para un país que parece vivir en el eterno presente?

Entrevistado: 
Porque el pasado nos muestra patrones y puntos de inflexión. Países como Alemania o Japón resurgieron del desastre porque entendieron cómo sus variables llegaron al colapso. En Argentina, analizar la evolución histórica nos permite ver que esta "oportunidad única" no nace del vacío, sino del agotamiento moral de las gestiones anteriores.

Entrevistador: Finalmente, ¿cómo puede un decisor reducir la incertidumbre en un entorno tan volátil?

Entrevistado: 
Integrando el corto, mediano y largo plazo. No hay anticipación real si la urgencia del día a día nos hace perder de vista el objetivo final. Reducimos la incertidumbre mediante sistemas de alerta temprana que nos avisen cuando nos desviamos del camino y, sobre todo, manteniendo la vista firme en el objetivo: una nación libre, pero construida sobre formas que honren esa misma libertad.

Entrevistador: Para concluir, si trazamos hoy un "Mapa de Riesgos y Oportunidades" sobre la gestión del presidente Javier Milei, ¿cuál sería su diagnóstico?

Entrevistado: 
Es un mapa de contrastes extremos. En el cuadrante de las oportunidades, vemos un fenómeno de resiliencia inédito: un presidente que mantiene una intención de voto expectante para 2027 a pesar del ajuste y de no contar con las estructuras partidarias clásicas. La gran oportunidad es la ruptura del mapa anterior; hay un espacio vacío que permite reformas estructurales que antes eran impensables.

Entrevistador: ¿Y en el cuadrante de los riesgos?

Entrevistado:

El riesgo más evidente es el impacto de las dificultades económicas en la clase media, que es el sostén de este proceso. Pero, desde mi análisis, el riesgo más profundo es el que mencionábamos antes: el descuido de las formas.

Si el gobierno tropieza con sus propias formas o las utiliza para erosionar instituciones, el riesgo es que el "éxito" sea efímero o que se convierta en el espejo de lo que se quiso combatir. El mapa de riesgos nos advierte que no basta con tener razón en el objetivo (el fin); la sostenibilidad del escenario apuesta depende de la pericia con la que se naveguen las formas y de la capacidad para transformar el entusiasmo en una institucionalidad digna y duradera. Argentina tiene una oportunidad única, pero como toda apuesta estratégica, requiere de un decisor que sepa equilibrar la audacia con la congruencia ética.



Nota del autor: Si bien la totalidad del contenido de este artículo —incluyendo la estructura de la entrevista, las preguntas y las respuestas— se fundamenta estrictamente en mis escritos y reflexiones previas, la redacción y edición final de los textos fueron generadas por el asistente de inteligencia artificial Google Gemini, respetando e integrando íntegramente las ideas, conceptos y propuestas originales del autor.


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